viernes, 11 de octubre de 2013

628 - E8 UN VIAJE EN AUTOMÓVIL

"Club de Lectura de la Asoc. Juana Martos".

Si te gusta leer y compartir tus impresiones con otras personas, ahora puedes hacerlo apuntándote en este club, los libros nos los proporciona el Centro Andaluz de las Letras.

Nos vemos el 22 de Octubre para nuestra primer tertulia sobre este sugerente libro:


628-E8. Un viaje en automóvil
(Octave Mirbeau: El aristoácrata motorizado)
Comentado por LM. 

Lo primero, mi felicitación al Grupo de “Literatura-Imagen-Traducción” de la Universidad de Cádiz por su excelente trabajo tanto en la traducción como en la labor de documentación. La traducción es estupenda y las notas a pie de página, aparte de facilitar la lectura a todos aquéllos a quien puedan interesarles, dan una idea clara del trabajo del equipo por satisfacer las necesidades de los lectores. En una edición tan modesta es un lujo el poder contar con este grupo de personas amantes del buen hacer en el arte de la publicación y edición.

En cuanto al maravilloso relato de Mirbeau, lo primero que puedo decir es que su originalidad me resulta inclasificable ¿en dónde enmarcar esta deliciosa lectura? no es una novela, no es un libro de viajes al uso, no es un ensayo, no es un trabajo periodístico aunque a veces parezca estar más cerca de ese género que de otros... quizás su composición se aproxime al concepto de “Collage”, por ser la técnica que amalgama de forma artística diversos elementos para conseguir un todo único y exclusivo. Como en las pinceladas de su amado Van Gogh los trazos de su escritura se sobreponen unos sobre otros, de forma aparentemente desordenada, pero dando al conjunto una elasticidad y una belleza única. Estamos ante un escritor de categoría sublime, comprometido profundamente con los problemas de su tiempo, de un original estilo, de una modernidad fuera de toda duda y con una escritura que abarca todos los géneros, desde la novela, el teatro, el texto político, la crónica, la reflexión filosófica y el ensayo, hasta el artículo periodístico en el que sin ningún lugar a dudas era un maestro.

Hay varios relatos cortos, algunos de los cuales bien podrían ser el punto de partida para alguna novela corta que me han llamado especialmente la atención durante la lectura, “Pogromos” en el que el narrador nos habla de su encuentro con un anciano judío que le desgaja su desgraciada y terrible vida desde su juventud hasta el momento de profunda soledad en que se halla en el momento en que se encuentra con él; estas quince páginas por sí solas bien podrían ser el avance de una novela más larga, la conmoción y fuerza dramática que se muestran en ellas dan idea de la capacidad y elasticidad de su autor para trasladarnos en un instante, en un abrir y cerrar de ojos, en el paso de una página, de un relato puramente descriptivo a un espacio dramático de una gran intensidad. Profundamente conmovedor resulta “La puerta entreabierta” en la que el relato fluye con un tinte erótico y divertido que hace que la sonrisa no nos abandone durante su lectura. En “La fauna de las carreteras” Mirbeau reflexiona en voz alta acerca del comportamiento de todos los animalejos con los que su coche se va encontrando-topando a lo largo de los caminos, liebres, caballos, gatos, perros, cerdos, corderos, vacas, cabras, lechones... son los auténticos protagonistas de esta lección de biología rural y humanística en la que las distintas especies son juzgadas con un ojo tan agudo como mordaz haciendo despertar nuestra complicidad gracias a la vibración brillante de su pluma. “...Siento por los animales la ternura propia de un neurasténico y de un misántropo. Sus sufrimientos me causan horror. Pero estoy convencido de que habría arremetido contra el rebaño con toda la fuerza de nuestros cuarenta caballos y hubiera hecho una sanguinolenta papilla de cordero, si no hubiera reflexionado prudentemente en torno a los serios deterioros que tal operación hubiera llevado para el coche y para nosotros.”

Pero éstas son tan sólo algunas muestras del talento del hombre al que Tolstoi definió como “el más grande escritor francés contemporáneo, el que mejor representa el genio secular de Francia” y Stéphane Mallarmé, como “el que salvaguarda el honor de la prensa.” El buen hacer del creador de “Le Journal d'une femme de chambre” inunda las páginas de 628-E8 que aparecen repletas de anécdotas, de reflexiones en voz alta, de lecciones de filosofía, de cantos a la amistad, a la fraternidad, a La Paz, al amor, de excelentes retratos humanos... de la mano creativa de este gran erudito y cosmopolita ácrata enamorado de la vida (...Amo la vida, toda vida es para mí sagrada. Esta es la causa por la que encuentro en el ideal del anarquismo lo que ninguna forma de gobierno puede dar: amor, belleza y paz entre los hombres.)

Es una suerte que en la edición que hemos leído no hayan olvidado publicar el extraordinario tríptico que da forma a “La muerte de Balzac” que aparece compuesto por tres capítulos “Con Balzac, la esposa de Balzac y la muerte de Balzac” y que Mirbeau había decidido incluir en un principio en “Un viaje en automóvil” antes de verse obligado a tener que retirarlos en un último momento por el escándalo que anunciaba su difusión y por la presión de la condesa Mniszech, la hija de Madame Hanska, esposa de Balzac. En la primera parte, Mirbeau brinda un homenaje a su admirado maestro rindiéndose ante su amalgamada y portentosa creatividad repleta de contradicciones, detallando con gran cariño sus múltiples percepciones acerca de negocios ruinosos y frustrados, sus debilidades humanas… “Me gusta Balzac. No solamente admiro al épico creador de la Comedia Humana, también admiro al hombre extraordinario que fue, al prodigio de humanidad que ha sido”. En la segunda parte nos descubre la trama de la relación con la condesa Éwelina Hánska desde su primer encuentro, su arrebatada y exaltada correspondencia, el momento en que Honoré de Balzac viaja a San Petersburgo para encontrarse con ella y declararle su amor, hasta su desgraciado matrimonio en marzo 1850 (…el mayor drama y el menos conocido de la vida de Balzac.) En la tercera y última parte, La muerte de Balzac, nos transcribe -siguiendo las anotaciones que tomó mientras las escuchaba, las palabras y testimonio de Jean Gigoux, pintor y amante de la mujer del genio- la atroz agonía y los últimos momentos de angustia y soledad de Balzac hasta el mismo momento de su fallecimiento en París, el 18 de agosto de 1850. Durante el entierro del hombre que dio vida a Eugenia Grandet, Mirbeau hace suyas las palabras de Víctor Hugo dirigidas al ministro Baroche, representante del gobierno en las exequias “…Era un genio, señor, el más grande genio de este tiempo”.

Hay algo importante que quiero comentar y que reclamó mi atención en 628-E8 y que fue la comparación establecida en las primeras páginas del libro entre el arte de la pintura y el arte de la mecánica. Para un amante y profundo conocedor de las artes como es Mirbeau, el mayor elogio que puede rendir al vehículo que, conducido por el entrañable Brossette, discurre y le encamina por los campos de la libertad, es el de comparar a sus ingenieros y creadores con los pintores de las obras de arte tan queridas y admiradas por él. “La obra de arte no se explica y no se puede explicar. La obra de arte se siente y uno la siente, nada más.”

Desearía acabar recomendando una película única en la que podréis ver a Octave Mirbeau interpretándose a sí mismo y compartiendo planos con Renoir, Monet, Degas, Rodin, Anatole France y Sarah Bernhardt, entre otros muchos personajes y amigos de su época. Estoy hablando de “Ceux de chez nous” documental dirigido en 1915 por Sacha Guitry y que considero un extraordinario complemento a esta delicia que acabo de leer. En otro momento, con más tiempo, hablaremos más detenidamente de la adaptación al cine de sus obras teatrales y novelas, que no es de extrañar despertaran la atención de tan grandes cineastas como Buñuel y Renoir.

LM. noviembre 2013


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